"La vida es mucho más lineal y sórdida de lo que queremos creer y uno se olvida siempre de la última parte de cada noche o de cada borrachera. Lo que es un error es vivir" Michi Panero.
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El Desencanto, cruda película estrenada en 1976. Básicamente fue un reality show (como se diría ahora) sobre la familia del poeta Leopoldo Panero (1909-1962).
Los abanicos de la muerte
Película estrenada en 1976. Es importante datar el estreno. Un año después de la muerte de Franco esta cinta vuelca una feroz crítica a la estructura familiar predominante en aquella época, no con una historia de ficción sino, muy al contrario, con una obra de realismo total y unos personajes perfectamente definidos dentro de aquella sociedad.
Recuerdo que cuando vi esta película (con 19 años) en su estreno nos encontrábamos en la sala no más de una veintena de personas. Poco a poco se fue convirtiendo en un emblema sobre un realismo social español ocultado hasta entonces.
Clase alta, culta y afín al régimen, espejo en el que todos se deben mirar. Refleja la tragedia moral y los conflictos que se ocultan detrás de tantos hogares y que no son mostrados públicamente.
¡Éramos tan felices!
Leopoldo Panero (1909-1962) fue un conocido poeta adscrito a la generación del 36, falangista y fiel seguidor del régimen de Franco fue durante años el poeta oficial de la dictadura. Intelectual, se alista a las tropas nacionales. Así es como fue "utilizado" como poeta del franquismo. Director del Instituto de Cultura Hispánica mantuvo contacto con figuras republicanas y fuertes enfrentamientos con intelectuales de izquierda como Pablo Neruda. A su muerte, en 1962, se utilizó su nombre para estatuas, calles, institutos... y fue presentado como "ejemplo de ascetismo, amantísimo padre, cristiano viejo, caballero de Astorga, esposo inolvidable, paladín de los justos".
En el documental, realizado catorce años después de su muerte, aparece su mujer, Felicidad Blanc, y sus tres hijos, Juan Luis (el mayor, escritor, poeta y alcohólico), Leopoldo María (el segundo de los hermanos, escritor, poeta, bisexual y esquizofrénico) y Michi, el menor
Los cuatro personajes dan al documental un aire dramático y trágico.
En el Liceo Italiano
El Desencanto es la crónica de una familia, que debería ser perfecta, pero que realmente nunca existió como tal.
La esencia de esta relación familiar queda concretada en la frase de los inicios de la cinta del menor de los hermanos, Michi Panero donde dice: “Todo lo que yo sé sobre el pasado, el futuro y, sobre todo, el presente, de la familia Panero es la sordidez más puñetera que he visto en mi vida. “
Todo el mundo tenemos derecho a defendernos de los recuerdos
Como ya he dicho, la estructura familiar tiene su vértice en el poeta Leopoldo Panero. Casado con Felicidad Blanch, de la clase alta madrileña. La esposa se encuentra sojuzgada desde un principio dentro del matrimonio clasista donde debe asumir su rol ante la figura protagonista del marido.
Leopoldo Panero tiene gran amistad con el poeta Luis Rosales. Felicidad Blanch lanza un brutal reproche en la película contra Rosales, quizás injusto, dado que esos reproches que derrocha con Luis Rosales se los evita con su marido. Se siente ninguneada por una relación de amistad entre Panero y Rosales en el que ella no deja de ser una figura puramente secundaria. Las charlas intelectuales le están vedadas en su razón de mujer del escritor y sólo le queda esperar.
La anulación a la que se ve sometida por su marido presenta una imagen falseada de felicidad y aceptación de la situación, sea cual fuere. El relato en la película de Felicidad Blanch se realiza con voz cauta pero que deja entrever precisamente el lado oscuro de esa estructura familiar donde ofrece al marido todo aquello que ella se le niega.
En la película es ella la que tiene que “defenderse” de los furibundos ataques de sus hijos, principalmente de Leopoldo, al recriminarle su inacción ante la figura aplastante del padre de la familia. Los tres hijos y Felicidad Blanc recuerdan con crudeza al padre y esposo. Dialogan entre ellos sobre las interioridades de la familia.
Mi compañero de juegos se convierte en un ser raro
Los hermanos:
Juan Luis, (+2013 a los 71 años), hermano mayor, puesto a prueba continuamente por su padre, rezuma odio contenido hacia su hermano Leopoldo fundamentalmente. La razón de este rencor quizá tenga su origen en los menores logros literarios que los conseguidos respecto a Leopoldo a pesar de su evidente desequilibrio mental (o quizás, gracias a ese desequilibrio). Juan Luis roza el esperpento al tratar de dar una imagen de intelectual que le sobrepasa. Existe una escena absolutamente patética cuando realiza una imitación a Jorge Luis Borges.
Leopoldo María (+ 2014 a los 66 años)), escritor, suicida, bisexual, y loco en definición propia. Su forma de ver la realidad se puede resumir en este pasaje de la película en el que cuenta cómo fue su experiencia vital en la cárcel: “En la cárcel se rompe la odiosa dicotomía entre lo público y lo privado con la odiosa estructuración social del aislamiento. Es el único lugar, como se suele decir, donde es posible la amistad [..] se ve que la cárcel es el útero materno, y que fuera de la cárcel el "yo" se fortalece y empieza la guerra más inútil y más sangrienta, la guerra por ser "yo" para lo que haría falta que el "otro" no existiera”
Michi (+2004 a los 51 años), el menor; el que, en el día después de la muerte de su padre, salió corriendo gritando "¡Éramos tan felices!". Frase que cuando la recuerda él mismo en la cinta no deja de sorprenderle ante la nueva visión de la familia después del paso del tiempo. En cualquier caso, Michi, aun siendo el menor de los cuatro protagonistas, es el único nexo de unión entre todos los integrantes de la familia. Es el único que tiene contacto con los otros tres, aunque este contacto sea totalmente superficial. De hecho, en la filmación posterior que se realizó dieciocho años después (Después de tantos años, Ricardo Franco, 1994). Michi arremete de forma brutal contra sus dos hermanos y en cierto modo parece predecir su propio final.
...a mi no me interesa la literatura, ni la familia, ni ellos. Me interesa mi perro. Y sobrevivir, mal que bien...
La cinta es la plasmación de la total incomunicación de personas destinadas/obligadas a convivir y a estar existencialmente relacionadas por el emblemático simbolismo de la Familia como institución. La decepción, desesperanza, desconexión emocional tiene su origen precisamente en esa estructura con falta de comunicación total emanada del padre y que salpica a cuatro entidades diferentes.
El Desencanto se convirtió en película fundamental, en unos años tremendamente complicados para la sociedad española. Presenta una dura realidad de conflictos escondidos no resueltos. Con una España en la que, tras la muerte de Franco, se empezaba a cuestionar las verdades asumidas del “Padre de Familia”. Se empieza a atisbar el fin de una “Raza”.
Como hemos comentado, años después, dieciocho exactamente, Ricardo Franco, tomó el relevo de Chávarri y rodó una segunda parte, muy interesante también, titulada Después de tantos años. Leopoldo María ya se encuentra recluido en un sanatorio mental de Mondragón y ha desarrollado una interesante carrera como poeta y ensayista.
La crítica no resultó tan benevolente con esta producción. El principal fallo que se le atribuye consiste en que no resulta tan intensa como El Desencanto y que su interés no es tan alto como la primera puesto que las situaciones ya son conocidas.
Después de tantos años
Yo no estoy de acuerdo con esta afirmación. Es más, considero esencial el visionado de la segunda parte para comprender aún más la primera.
Resulta en extremo interesante ver cuál es la opinión de los hermanos, casi veinte años después, y conocido ya el impacto que causó El Desencanto.
En Después de tantos años se muestra el proceso de derrumbe total y dramático que ya se perfiló en El Desencanto.
De Leopoldo resulta dolorosa su absoluta soledad "pero no por ser alcohólico sino, porque…”, como él dice: “estoy loco; todos tenemos miedo, la gente huye del loco".
Como apunte final de esta obra, nada mejor para definir la película-documental que las palabras de Felicidad Blanch al recordar la escena que se rodó en el Liceo Italiano entre ella misma, Leopoldo y Michi:
“Creo que la última secuencia fue la del Liceo Italiano, el colegio de mis hijos pequeños. Era la primera vez que llevaba un pequeño guion; se trataba simplemente de evocar los días de su niñez, pero no fue así. Se plantearía un problema mayor; mi relación equivocada respecto a ellos, especialmente con Leopoldo María. Me quedé sorprendida y creo que desapareció para mí totalmente la cámara; creo que me temblaban las manos, había dejado mi papel de viuda, ahora era una madre más o menos acosada que se defendía”.
La maldición de la familia Panero
Juan Carlos Marina Bilbao