—“Por supuesto”, respondió ella.
—“¿Y por un dólar?”, preguntó de nuevo.
—“¿Qué se cree usted que soy?” respondió la dama ofendida.
—“Lo que usted es ya ha quedado claro, lo que estamos negociando ahora es el precio”.
GROUCHO MARX
Empezaré diciendo que esta película fue nominada a 7 premios Razzie. Estos premios se celebran en paralelo a los Oscars para “premiar” a las peores películas del año. Pues bien, Una proposición indecente ganó 3 de las 7 nominaciones de 1993: Peor película, peor actor secundario y peor guion. Y yo creo que porque no existía el premio a la película más ñoña, quizás lo hubiera ganado tamabién. Dicho esto, a mi, la película me gustó por la reflexión que puede suscitar a quien quiera “pensar”.
Presentación
El argumento no me parece banal en absoluto. Lo que son banales son las respuestas políticamente correctas que generaba la pregunta: ¿Te acostarías con alguien por un millón de dólares caso que los necesitaras? ¿lo permitiría tu cónyuge?
La premisa de la película es bastante clara: un matrimonio con serios problemas económicos recibe la suculenta propuesta de un multimillonario que les ofrece un millón de dólares a cambio de pasar una noche con la mujer. Argumento simple y claro.
Primer contacto
La crítica masacró a esta película. A mi no me pareció mala, o mejor dicho, tan mala. Y creo que los tres actores principales realizan un buen trabajo.
Existen frases de guion que no por manidas dejan de invitar a la reflexión: “El vestido está en venta, yo no“, o esa otra de “hay cosas que el dinero no puede comprar“, tal y como le dice Diona Murphy (Moore) a John Gage (Redford), justo cuando el atractivo hombre está a punto de hacer honor al título de la película, tras haber quedado deslumbrado por la belleza de la chica.
¿Seducción?
Creo que se plantea bien la angustia que invade al matrimonio protagonista debido a su falta de liquidez. Las apuestas en el casino son momentos incómodos, donde se da a entender que el factor suerte es el que realmente determina nuestras vidas. Asfixiados y al borde de la desesperación, los jóvenes enamorados entablarán relación con Gage, y este parece ser la última salida para escapar de la penosa situación económica en la que se encuentran.
Porque, ¿realmente hay cosas que no están en venta?
Gage viene dispuesto a desafiar los aparentemente sólidos principios de la pareja.
Momento clave
Bueno, tengamos en cuenta que estamos en Hollywood y es impensable otro tipo de planteamiento en la sociedad americana.
– No se puede comprar a las personas -apunta Diona.
– ¿Cómo que no? Yo compro a personas todos los días. – le confiesa Gage.
– La vida entera asegurada por una noche... – afirma Gage.”
Dudas
No tenemos que pensar en lo que es un millón de dólares para aquellos que tienen otro millón (o más) en el banco. Hay que considerar en lo que vale un millón de dólares/euros para aquellos que tienen una hipoteca y han perdido su trabajo. Siempre he pensado que la moral, la dignidad, la bondad... es muy fácil conservarlas desde la opulencia. Ser honesto en la miseria. Es ahí donde quiero ver a los que responden según cánones preestablecidos.
Y pongámonos en el papel de la protagonista, Diona Murphy (Moore). La propuesta no viene de un hombre infame y repulsivo. No. La propuesta es de Robert Redford en su mejor época. En el escenario de la película y, si nadie se enterase, ¿cuantas mujeres dirían no a la “proposición indecente”?.
Conocemos las respuestas políticamente correctas. Sobre las otras respuestas (las políticamente incorrectas), mejor corramos un tupido velo.
Eso sí, el final de la película me parece francamente estúpido, ilógico y falso.
"Te compré porque dijiste que no estabas en venta"
Tal y como se afirma en la película, “si haces un trato con el Diablo, tarde o temprano tienes que pagarlo”, pero... pienso yo... ¿acaso no pagamos injusticias con sangre multitud de veces sin ni siquiera haber pactado con el diablo?.
Esta Proposición indecente no es más que una mera excusa para intentar llegar al límite de la tentación humana y poner precio a la dignidad (desde la necesidad extrema) de las personas. Una (mala) película que nos puede desenmascarar.
Ficha técnica