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LA SOLUCIÓN FINAL (Frank Pierson, 2001)













Narra la reunión que tuvo lugar en Wannsee, en la afueras de Berlín, a la que estaban convocadas quince personalidades de alto rango en el régimen nazi, bajo la presidencia del general de las SS Reinhard Heydrich y en la que se decidió el destino de millones de judíos europeos.

La reunión apenas se documentó mucho tiempo después con el hallazgo de la única copia de lo allí tratado, en el archivo del Ministerio de Justicia alemán. Este documento sirvió de base para el guión de este filme.

Como dice el organizador del encuentro, el coronel SS Adolf Eichman, en uno de los pasajes: Esta reunión no está convocada.

Pero lo estuvo y 6.000.000 de judíos pagaron con su vida las consecuencias de lo que allí se acordó.




El film recuerda a otros de similar factura en cuanto a la concepción (12 hombres sin piedad, La soga...), una puesta en escena prácticamente teatral en donde lo más importante van a ser los diálogos, lo que se nos narra, el trabajo de los actores y lo de menos la parte puramente visual . A pesar de ello los detalles están cuidados al máximo y nos encontramos con que los detalles de atrezzo son exquisitos, los uniformes de los allí reunidos reflejan exactamente los que debían lucir sus homónimos en la realidad, al igual que los trajes que llevan los civiles. Todo el mobiliario y otros pequeños detalles (estilográficas, encendedores, automóviles que transportan a los reunidos hasta allí, etc.) son reproducidos tras haberse documentado ampliamente.
  
Como decimos, la base del film es el trabajo de los actores y todos ellos, encabezados por el director (Frank Pierson), pueden estar satisfechos, desde los dos que llevan el mayor peso, Stanley Tucci y Kenneth Branagh, que están fantásticos. El trabajo de dirección, sin artificios innecesarios y ciñéndose a lo que podríamos llamar los cánones clásicos, es efectivo apoyándose en el buen guión que sirve de base a la historia.
  
Una película digna de verse, que no recurre al sentimentalismo fácil, sino que nos presenta a unos hombres normales y corrientes, que ocupan puestos de relevancia en el aparato del partido, la mitad de ellos abogados, y que tratan la cuestión que se les plantea como un problema puramente logístico en el que lo más importante son dos cosas: Conseguir el objetivo y hacerlo de la manera más eficiente.

Lo que ocurre es que el problema que el general Heydrich les ha planteado es el exterminio de los judíos.

Y es precisamente por la frialdad con la que tratan la vida o la muerte de tantos semejantes cual si de ganado se tratase, lo que hace que la denuncia del film sea contundente y nos resulte más inexplicable y más difícil de entender o perdonar lo que los alemanes, los cultos y refinados alemanes de hace poco más de 50 años, hicieron con unos semejantes por el hecho de pertenecer a un pueblo al que decidieron colgar la culpa de todos los males de la humanidad.


Ficha Técnica