"Mira, yo no quiero ni quince, ni veinte, ni un millón. Solamente necesito un poco del sol que a ti te sobra. Solo eso. Necesito un poco del sol que tú no usas. Pero si lo que te estoy pidiendo, esta pequeña cosa, te arruina la vida, ..."
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Siempre he sentido interés por las cabeceras de las películas. Pienso que son un trampolín visual que te prepara para el posterior visionado. Viene esto a cuento porque al ver El hombre de al lado recomiendo no perder ni un segundo de la cabecera porque es ahí donde empieza a emerger la trama.
Plano dividido en la mitad por el blanco, de un lado, y el negro del otro. De pronto, un elemento contundente comienza a golpear rítmica y regularmente sobre el lado derecho de la pantalla. El blanco, hasta aquí liso, comienza a tomar formas consecuentes según se suceden los golpes. En determinado momento, el blanco empieza a resquebrajarse como efecto y al compás de los golpes que provocan en el negro los empellones del mazo destructor. Se abre una brecha; allí donde el plano marcaba dos espacios separados, opuestos por la tonalidad, se presenta la visión de un adentro y un afuera. Se abre un agujero, un vacío, que reposiciona los lugares previos. El muro que separaba dos lugares bien determinados, se transforma en el punto de unión, de encuentro, de una misma realidad, con dos lados bien moldeados. Una medianera. Blanco y negro de una misma moneda.
Cabecera
Leonardo es un diseñador de renombre engreído y reservado que vive, y este es un dato muy relevante, en la única casa construida por el famoso arquitecto Le Corbusier en la Ciudad de La Plata, Argentina (Casa Curutchet).
Trailer
Un hombre, Víctor, abre una ventana de cara en la casa de al lado, invadiendo la intimidad visual de Leonardo. Este, impotente, trata de convencerlo para que cierre el hueco abierto.
¿Qué oscuras razones tiene Víctor para que se le haga necesaria la existencia de la ventana?
Pero la importancia del hecho radica en qué forma la vida de una persona puede llegar a derrumbarse a partir de un suceso aparentemente banal. Los esquemas lógicos de Leonardo quedan absolutamente desmontados y le llega a imposibilitar una existencia pacífica con su vecino. Leonardo siente cómo la armonía aparente de su hogar corre peligro cuando Víctor irrumpe en su microcosmos visual. La ventana, según Leonardo, atenta contra la intimidad de su familia. Esto puede resultar contradictorio, ya que se supone que él debería estar acostumbrado a ser observado constantemente al residir en una casa cuyo destino es casi obligado para turistas y curiosos; pero paradójicamente no soporta la individualización de esa observación, hecho que queda patente a lo largo de la película.
¿Qué oscuras razones tiene Víctor para que se le haga necesaria la existencia de la ventana?
Esta trama singular necesitaba de dos actores que fueran capaces de soportar la carga trágica nacida de un episodio aparentemente insustancial. Daniel Aráoz en el papel de Víctor realiza una actuación absolutamente genial. Sin ese nivel interpretativo, la película sería otra.
El hombre de al lado es una película argentina. Hay que resaltar este dato: argentina. Planos móviles. Abundancia de primeros planos para dar viveza a las escenas y no perder el realismo. El cine argentino exporta innovadoras películas que sólo atraen la atención de la crítica especializada pero que no llegan a calar en el público (por indecisión o desconocimiento).
En definitiva una gran y desconocida película que te va incomodando poco a poco gracias a sus giros argumentales hasta llegar a un final que, posiblemente, no guste a todos pero que, seguro, sorprenderá y que ofrece una valiosa lección: "las apariencias engañan".
Le Corbusier: cómo unir el arte con las matemáticas para revolucionar la arquitectura
Le Corbusier
Casa del doctor Pedro Domingo Curutchet (1901-1989) diseñada por Le Corbusier