Película parcialmente basada en hechos reales, que acontecieron en el puerto de Odesa (Ucrania) en junio de 1905.
Película completa
Película parcialmente basada en hechos reales, que acontecieron en el puerto de Odesa (Ucrania) en junio de 1905.
Estamos en la época de la revolución fallida de 1905 (antecedente de la revolución de octubre de 1917)
La película fue estrenada en la primera década de la Revolución rusa (1925). El Acorazado Potemkin, al igual que muchos films rusos del periodo, eran encargos o estaban supervisados por el gobierno y más concretamente por Lenin.
Sinopsis:
Los marineros del acorazado de la flota del Zar "Príncipe Potemkin de Táurida" soportan unas pésimas condiciones de vida, al igual que el resto de la población rusa, que vive bajo el dominio del Zar Nicolás II.
La gota que colma el vaso llega cuando a los marineros se les da de comer carne podrida, llena de gusanos. El amotinamiento estalla y su líder, Vakulinchuk, es asesinado por un oficial. Los oficiales de rango superior han sido depuestos y en esta situación de amotinamiento llega el "Potemkin" al puerto de Odessa.
Toda la población de Odessa desfila en el muelle queriendo saber las causas de la muerte del marinero y dan víveres y apoyo a los rebeldes.
Es entonces cuando el gobierno zarista envía tropas militares (cosacos) a cargar contra el pueblo, provocando una matanza a la cual responderá el acorazado Potemkin, gobernado por los rebeldes.
Un escuadrón marino es enviado para reducir al “Potemkin”, pero los navíos zaristas se niegan disparar al acorazado.
Estos navíos zaristas escoltan al “Potemkin”. Al final el acorazado se mueve hacia el espectador, con orgullo mostrando una bandera roja en el asta, izada por los rebeldes.
Análisis
Esta película es una recreación “muy libre” de la rebelión de la tripulación del "Potemkin" en 1905. En realidad, la rebelión se sofocó pronto y la famosa escena de la escalera de Odessa (que luego comentaré detenidamente) nunca ocurrió.
Película llena de imágenes expresivas, como un álbum fotográfico. El Acorazado Potemkin representa la magnificación por la figura de las masas y las causas colectivas.
En el caso de esta película, lo más fascinante es el tipo de montaje. Son todo planos fijos que se dividen en primeros planos, planos generales, cenitales o insertos que luego, durante la fase de montaje, Eisenstein compondrá como un “todo” cohesionado.
En este film, Eisenstein sienta las bases del lenguaje cinematográfico y la importancia del montaje a través del uso paralelo de primeros y medios planos sin apenas movimiento de cámara para crear un tiempo y un espacio artificial que contribuye al elemento dramático de la acción.
Un estudio detallado de los planos nos revela como se utiliza el primer plano para destacar una serie de personajes con los que el público acaba identificándose (el médico, el cura, la madre, siempre presente en el cine soviético como símbolo de la revolución). Personajes a los que diferencia de la masa, por otro lado auténtica protagonista de la historia.
Desde la carne agusanada hasta el hermanamiento con la flota del ejército todo son golpes de efecto, una catarsis continua a base de fotogramas.
Las panorámicas y los primeros planos se van sucediendo apoyados por la música. Hay emociones de todos los colores: indignación, rabia, esperanza, júbilo, amargura, terror. Los imposibles ángulos del acorazado, la penumbra del barco al atardecer, los múltiples enfoques de la persecución por las escaleras de Odessa, el entierro de Vakulinchuk, … Y primeros planos colosales como los de la madre, el crucifijo cayendo a cubierta, el cañón apuntando a la cámara, …
El gran aporte de Einsestein, consistió en lograr efectos emocionales mediante un montaje nunca visto hasta ese momento
A día de hoy, esto nos parece lo más elemental del mundo, pero hace más de 80 años no era así. Con Einsestein, el cine empezó a ser cine y comenzó a quitarse la etiqueta de mero entretenimiento pasajero. El ruso, siguiendo los pasos de su coetáneo norteamericano D. W. Griffith, comenzó a convertir el cine en arte, demostrando que también esa “sucesión de imágenes” podía convertirse en una expresión artística.
El momento culmen, y con esto no descubro nada nuevo, es sin duda la escena mítica de las escaleras. Hay una intersección de planos que producen un sentimiento de angustia en el espectador. Es increíble lo que puede transmitir el montaje más que la narración de los hechos en sí.
Esta escena ha pasado a la historia del cine. Mil veces recreada en multitud de películas. Es sobrecogedora matanza de civiles en las escaleras de Odessa. Esta es toda una obra maestra de edición. Eisenstein contrapone el movimiento rítmico y ordenado de los soldados a la huida caótica de la multitud que escapa despavorida de las balas de los cosacos.
Además, el director es capaz de introducir historias humanas que le imprimen dramatismo y acercan la secuencia al espectador: la madre enfrentándose al Ejército ruso con su hijo muerto en brazos, el cochecito de niño cayendo sin control por los escalones, los primeros planos de gentes horrorizadas e impotentes... Todo subrayado con una música perfecta para identificarte con los personajes.
El director acentúa este dramatismo haciendo tomas en picado de los habitantes de la ciudad mientras huyen, o alternando un primer plano de una mujer gritando de pánico, con otro más general de toda la muchedumbre huyendo de los soldados rusos Hay una intersección de planos que producen un sentimiento de angustia en el espectador.
Es increíble lo que puede transmitir el montaje más que la narración de los hechos en sí.
"No hay memoria posible sin memoria del sitio en que acontezca la peripecia.” La escalinata de Odessa ha quedado fijada en la memoria de la historia del cine gracias a Sergei M. Eisenstein.
"No hay memoria posible sin memoria del sitio en que acontezca la peripecia.” La escalinata de Odessa ha quedado fijada en la memoria de la historia del cine gracias a Sergei M. Eisenstein.
El acorazado Potemkin" aportó muchas cosas que influyeron en cineastas posteriores en nuevas maneras de planificar una película.
Mucho se ha escrito y dicho sobre la importancia del filme de Eisenstein para la consolidación del arte cinematográfico. "Potemkin" constituye una fusión integral de forma y contenido, en la que la imagen genera significados múltiples. A partir de "Potemkin", el cine alcanzó un grado superior en sus capacidades expresivas y se estableció firmemente como el séptimo arte.
Si se ve hoy día, El Acorazado Potemkin quizá parezca que se ha quedado totalmente obsoleta. Su montaje parece ahora casi rudimentario. Eso es porque estamos acostumbrados al montaje norteamericano, al montaje "invisible", donde la historia está por encima del montaje expresivo y en "El acorazado" es justo lo contrario, el hilo narrativo está supeditado al montaje y a la consecución de planos.
Si vemos una película norteamericana de los 30, 40...no nos fijamos en los cortes, los planos, etc...porque el director no suele querer que "estés viendo una película", quiere que la trama te absorba por completo, y la manera de hacer esto es haciendo un montaje silencioso o invisible.
Con Eisenstein el montaje es diametralmente opuesto y aquí sí que el montaje no es silencioso y se convierte en un elemento esencial narrativo. El montaje nos está condicionando, está siendo lo más expresivo, más que los protagonistas, porque de hecho no hay protagonista único.
Montaje violento, montaje de choque, montaje expresivo. Esto artísticamente es distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en Hollywood.
El Acorazado Potemkin, de Eisenstein, se mantiene como un gran ejemplo de cómo el orden de las tomas (montaje) crea un clima de tensión fílmica que desde entonces muchos cineastas pretenden emular.