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INTERIORES (Woody Allen, 1978)


“Cuando nacieron las niñas todo era perfecto, ordenado. Pensándolo ahora, era rígido. Era como un palacio de hielo. De repente, un día, de la nada, un enorme abismo se abrió bajo nuestros pies.”
















  No. No es una película de Woody Allen. Me explico. Sí que es Woody Allen su director, pero que nadie piense ver en este film al Woody Allen clásico. Según dicen, Woody Allen concibió esta película como homenaje a su gran maestro Ingmar Bergman. Y de verdad que lo consiguió. Según veía esta película, rememoraba los diálogos de aquella magnífica obra de Ingmar Bergman, Gritos y Susurros, 1972 (ver película completa)

  Interiores es una película triste. Melancólica. Dramática a veces. Disecciona a una familia en crisis. Esta familia se asienta en un matrimonio “modelo”. Él, Arthur, abogado de éxito. Ella, Eve, decoradora.

  Es curioso, en su esencia dramática esta cinta recuerda a El Desencanto (Jaime Chávarri, 1976) que ya publiqué en este blog y que siempre recomiendo.

  La película arranca de una manera sosegada hasta que llega la escena que desencadena el colapso mental de Eve:




 La escena anterior no sólo perturba a Eve, sino también a sus tres hijas adultas: Renata, Flyn y Joey. Eve se niega a aceptar la separación planteada por su marido. Se apoya en sus hijas. Pero éstas tienen sus propios problemas.




 En medio de esta dinámica, Eve sufre un crisis y atenta contra su vida mientras que Arthur conoce a una viuda cincuentona de la que se enamora. Arthur decide divorciarse definitivamente de Eve.




  En este contexto, Allen crea Interiores valiéndose de un elenco de actores magnífico. En la película se explora cómo se manifiestan las grietas de una familia de clase acomodada, sofisticada y liberal. Al aparecer esas grietas, esas fracturas serán irreversibles y rápidamente el deterioro de la convivencia se destruirá. La cinta se caracteriza por contar con grandes y profundas conversaciones existencialistas cargadas de nostalgia, tristeza y melancolía.


  Grandísima película y digno homenaje a Ingmar Bergman